«Gracias a la tele pude meterme en una hipoteca»

La artista es la antítesis de una diva y este fin de semana pasará en el Campos Elíseos ‘Cinco horas con Mario’

Sencilla, accesible y humilde, Natalia Millán es la antítesis de una diva. Sin embargo su currículum plagado de éxitos haría palidecer a muchas estrellas. Tras cosechar críticas inmejorables en el Victoria Eugenia de Madrid, el viernes llega a Bilbao para pasar ‘Cinco horas con Mario’ en el Campos Elíseos. Antes de que se desaten los nervios que acompañan al estreno en la que considera «plaza fuerte», la actriz ha charlado con EL CORREO de sus inicios en la tele, de Miguel Delibes y de la alargada sombra de Lola Herrera.

¿Cuántas horas lleva ya con Mario?
Uy no las he contado, pero deben ser muchas. Desde septiembre de 2010 que estrenamos en Valladolid hasta ahora llevo ya unas cuantas… Y lo que me queda, porque la gira intensa empieza ahora.

Ha cosechado unas críticas en las que se suceden adjetivos como ‘inmensa’, ‘insuperable’ o ‘soberana’. ¿Conseguirá que dejemos de preguntarle por Lola Herrera?
No y además no quiero. Lola Herrera ha escrito páginas gloriosas del teatro con esta función. Ella fue la primera persona que vio claro que este texto era carne de escenario y, contra viento y marea, lo puso en pie con absoluta genialidad. Gracias a que ella se atrevió a representar ‘Cinco horas con Mario’, que fue un auténtico acto de valentía, Delibes, que ya era grande, se ha conocido mucho más. Por favor no dejéis nunca de preguntar, porque es imposible olvidarse de Lola Herrera.

¿Ha sido difícil meterse en la piel de Carmen Sotillo?
Lo difícil es hacer personajes mal escritos, pero un personaje tal y como lo dejó Miguel Delibes es un pecado no hacerlo bien. Carmen tiene vida, tiene pulso, lo único que hay que hacer es aprenderse el papel -eso sí que es difícil- y luego coger aire y abandonarse en el texto. Al principio, cuando yo estaba emocionada y muy asustada, Lola me dijo: «Confía en el texto de Delibes, porque ahí lo tienes todo». Y es verdad.

¿Ha descubierto que tiene cosas en común con esta viuda provinciana de los sesenta?
En unas primeras lecturas parecía bastante alejado de mí, pero siempre pasa con los grandes autores, que desde personajes con circunstancias muy concretas al final llegas a la esencia del ser humano y resulta que encuentras emociones, sentimientos, contradicciones y aciertos que podrías encontrar en cualquier ser humano.

¿Se plantea una relación con el personaje tan longeva como la que tuvo su predecesora, que lo representó a lo largo de 25 años?
Ese fenómeno es irrepetible. La verdad es que es un texto tan maravilloso que tiene que estar en los escenarios de España e incluso del mundo. Pero creo que no, eso ocurre una vez y ya está. Aunque pasar unas cuantas temporadas con él no me importaría nada.

«Soy corredora de fondo»

Delibes murió sin verla actuar. ¿Le hubiera gustado tenerle en el patio de butacas?
Supongo que habría estado aterrorizada, pero me habría encantado, le habría hecho mil preguntas. Sin embargo tuve la suerte de que muchos de sus hijos vinieran al estreno en Valladolid y su acogida fue tan cálida. Me dieron más que su aprobación y me dijeron cosas tan maravillosas como que ‘A papá le hubiera gustado mucho verte’. Con eso me doy por satisfecha.

Después de éxitos como ‘Chicago’ o ‘Cabaret’ y de haber participado en series líderes de audiencia como ‘El internado’ o ‘Un paso adelante’, ¿sigue sin considerarse una estrella?
Me considero una mujer muy afortunada. Mis comienzos fueron muy duros, pero desde hace años no me atrevo ni a desear un personaje, porque lo que me viene es tan maravilloso. Cuando vi a Lola ni me atreví a pensar que yo pudiera hacer este papel, y ahora me siento una de las actrices más afortunadas.

Un vistazo a su agenda en las últimas temporadas dinamita el tópico de que no hay papeles para las mujeres a partir de los 40.
Ay si, tengo mucho miedo. ¿Cuál será el último? ¿Será éste? (Ríe) Yo tengo lo que tengo hoy, lo que tenga mañana no lo sabré hasta entonces. Por ahora no me atrevo a quejarme, sólo a disfrutar el día a día.

La televisión y el teatro le han dado popularidad, ¿con cuál se queda?
Lo que amo de verdad y lo que me movió a dedicarme a esto fue y es el teatro. En un momento determinado tuve abrir un poco el abanico porque formé una familia y tenía que dejar atrás la bohemia. Empecé a hacer castings para la tele y aquello funcionó. No sólo no me arrepiento, estoy contentísima, porque pude meterme en una hipoteca gracias a la tele y además aprender mucho. Y una cosa fantástica es que la tele lleva público al teatro y eso me hace respetarla más.

Echando la mirada atrás, ¿cómo definiría su carrera? ¿Corredora de fondo o chica con suerte?
Corredora de fondo claramente, aunque además tengo suerte. Pero si hay un rasgo puedo tener es la constancia y con constancia también se encuentra la suerte. A los jóvenes que me piden consejo siempre les digo que no tengan prisa.

¿Aún es demasiado joven para ser una gran dama de la escena?
Pues sí. No me importa que llamen dama, pero lo otro me viene un poco grande. Todavía me queda mucho camino por recorrer, pero estoy dispuesta a intentarlo.

fuente: elcorreo.com

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