Hasta mañana el Teatro Campos Elíseos acoge las representaciones de ‘Cinco horas con Mario’, el mejor exponente del trabajo de Miguel Delibes. Natalia Millán toma el relevo de Lola Herrera con una obra donde toda la atención se centra en ella
«Si me hubiera pensado un segundo más aceptar el papel, me habría invadido el pánico y a lo mejor lo habría rechazado». Así de sincera se muestra Natalia Millán, que durante la función de Cinco horas con Mario se convierte en Carmen Sotillo. Sola en el escenario reconoce que esa situación es «muy positiva» para ella.
La segunda temporada de ‘Cinco horas con Mario’ se ha estrenado en Bilbao.
La gira está siendo fabulosa. Desde que estrenamos en Valladolid, la tierra de Delibes, la acogida ha sido muy buena. Pocas veces un actor o una actriz tiene un texto tan maravilloso, tan bien escrito y tan rico entre las manos.
¿Se pensó mucho aceptar el papel?
No. Si me lo hubiera pensado un segundo más, me habría invadido el pánico y a lo mejor lo habría rechazado. Sentí tanto entusiasmo que dije sí sin la menor reflexión.
Interpreta a Carmen Sotillo, ¿cómo definiría a su personaje?
Es una mujer típica de los años 60, con sus singularidades, con sus contradicciones que le dan riqueza al personaje. Ella pretende ser lo que la sociedad de aquellos años espera de ella, y se empeña en ser de esa forma. Tiene unas convicciones muy profundas sobre cómo debe ser una mujer en la sociedad. Es apasionante de interpretar.
¿Está resentida con la vida?
Adora la vida. Es muy vital, tiene mucho sentido del humor. Pero ha hecho suyos unos preceptos del franquismo que la encarcelan. Son cadenas para ella. Defiende estas cadenas y no se da cuenta de que realmente le están impidiendo ser feliz.
Sobre el escenario está sola, sin compañeros que le den réplica.
La atención recae sobre ti y el foco está puesto en mí. Todo se magnifica. Esa soledad del escenario era algo que me llamaba mucho la atención y que me preocupaba. Pero he podido comprobar que se produce un fenómeno de concentración absoluta porque estar sola en el escenario es algo muy positivo.
Toma el relevo de Lola Herrera en ‘Cinco horas con Mario’.
Me inspiraba mucho respeto porque no fue solo la primera actriz que se atrevió a llevar este texto a los escenarios sino que lo ha hecho durante muchos años con todos los éxitos, la gloria y el reconocimiento que se pueden tener.