Camina a medias entre dos pasiones; la danza y la interpretación. De apariencia frágil, tiene mucho carácter y sus ideas son rotundas. Ser la directora de ‘El internado’ encaja de lleno con su carácter y disciplina.
Danza e interpretación, es usted una artista muy completa. Quería hacer las cosas bien. Me gustaban mucho la danza, la música. El baile se me dio bien y durante mucho tiempo me enamoró. Estuve varios años dedicada a ello. De pequeña había hecho ballet y se notaba. Pero mi vocación, y lo primero que empecé a estudiar fue interpretación.
Terminó en ‘Un Paso Adelante’ y se metió de lleno en un musical, ‘Cabaret’. ¿Qué prefiere, la televisión o el baile en directo?
Prefiero el teatro. En ello empecé y en ello me gustaría continuar. Las cámaras me dan mucho miedo, les tengo un respeto terrible. Te puedo decir que no tengo ni book.
Nadie lo diría.
En un momento determinado decidí que yo sola me estaba limitando y empecé a replantearme lo de hacer sólo teatro. Cuando me puse a pensar en esto acababa de ser madre y descubrí un mundo fascinante delante de las cámaras.
Pero no ha perdido el miedo.
Las miro mejor, pero no les he perdido el miedo y tampoco el respeto. He descubierto un mundo interesante, pero mi amor sigue estando en el teatro.
Le han dado un papel mandón. Sobre todo en esta temporada, les decía yo a mis compañeros que soy de armas tomar.
Le han estropeado su romance con Héctor, Luis Merlo.
Claro, llegó María y se convirtió en la tercera en discordia.
Mal de amores, pero bien en situada en el colegio.
Es la directora.
He desbancado a Héctor en el puesto y estoy encantada de ello, soy mejor directora que él, se ve claramente en la serie.
¿Es usted de armas tomar en la vida real?
No especialmente. Tengo mi carácter, pero no es para tanto. No creo que sea de armas tomar. Estoy en un equilibrio que no está mal; si hay que sacar el temperamento lo saco, pero normalmente soy tranquila.
Dicen que no son buenos tiempos para vivir de la interpretación.
Según lo mires. De un tiempo a esta parte yo vivo de ello. Tengo compañeros que son grandes profesionales que pasan muchas dificultades. No es buena la situación para ninguna profesión. Hoy estamos hablando tú y yo y mañana vete a saber. Dicen que vienen tiempos difíciles para todo el mundo, pero para nosotros la crisis no es sólo cuestión de economía.
¿Resulta difícil ser madre y actriz?
¿Difícil? Ser madre a secas es difícil, ¿no? Ser las dos cosas es complicado. Creo que toda la sociedad debe apoyarnos, hay veces que somos verdaderas heroínas.
¿No debieran apoyar en primer lugar a las parejas?
Por supuesto. Pero el privilegio de ser madre es de la mujer. La sensibilidad que tiene una madre es infinita, indescriptible e indiscutible. Hay que apoyar social y políticamente a la madre. Que los padres se implican, genial, la responsabilidad es de los dos.
¿Qué hubiera sido usted de no haber hecho sus pinitos con la danza y con el teatro?
No lo sé. Porque la vocación fue tan temprana que no me dio tiempo a muchas otras cosas. Creo que habría ido siempre por alguna vía creativa, no te podría decir por cuál, pero seguro que algo no convencional: escribir, pintar, música…
¿Tímida?
Eso decimos todos. Muchas veces me lo planteo, pero el exponerse uno mismo no es fácil. A veces pienso: ¡Caray, qué suerte tienen esos artistas que presentan su obra y luego se retiran!
De usted se habla poquísimo fuera de los medios que tratan los temas de televisión o cultura.
No sabes cuánto me alegro. He intentado siempre ser muy discreta y no me gustaría dejar esa especie de anonimato que me mantiene alejada de los medios cuando no trabajo.
No estar en el patio de vecinos del cotilleo televisivo puede restarle notoriedad en el trabajo.
No creo. Hay muchos actores que no tienen nada que ver con el mundo del corazón y seguimos en la brecha. Trabajamos, pero no exponemos nuestros sentimientos, y tampoco nuestra vida en familia. No es necesario para trabajar.
¿Cómo consigue mantenerse al margen?
Yo creo que hay un poco de confusión en general. La persona que expone su trabajo no está obligada automáticamente a exponer su vida. También hay un vacío legal muy grande. Todo el mundo tiene derecho a su intimidad. La intimidad es un tesoro que tenemos cada cual y no debería poder invadirse con tanta impunidad.
¿Le da miedo ser famosa?
No, pero tampoco es algo que me fascine.
fuente: Deia (31.05.2008)