Rubín se encuentra en casa de Víktor y Angélica, cenando con la pareja, y la mujer no pierde la ocasión para decir que según ella el periodista tiene una relación muy especial con Rocío Zúñiga y que muy pronto los dos acabarán juntos. Jesús se queda sorprendido ante tal afirmación y desmiente cualquier tipo de relación con la directoa de ‘Sucesos’, ya que los dos no hacen nada más que discutir.
Al día siguiente Angi y su marido salen para abrir una nueva cuenta en el banco. Víktor está preocupado porque piensa que estando en una silla de ruedas y siendo extranjero, los del banco se aprovechan de la situación y le van a robar sus ahorros. Angélica intenta convencerle de que no es posible, que solamente son paranoias, y que como ella es española, no va a pasar nada. El hombre no cambia de idea y además añade que si le ven con ella, van a pensar de que es incapaz de gestionar su dinero y que lo hace todo su mujer. Angélica pierde la paciencia, pero por suerte los dos se encuentran a Jesús por la calle y la mujer aprovecha para pedirle que acompañe a su marido al banco.
Cuando los dos se quedan solos, Víktor se queja de su mujer, diciendo que tiene mucha fantasía y que a veces se deja llevar demasiado por ella. Rubín le recuerda que no obostante todo se tiene que considerar un hombre muy afortunado por tener a Angélica a su lado, una mujer tan bella y tan inteligente a la vez.
Una mañana Víktor se despierta con dolores de estómago así que Angie le propone quedarse los dos en casa y no abrir la tienda hasta que se recupere, pero su marido insiste para que ella vaya y aproveche para pintar. Angélica no quiere, prefiere cuidar de su marido ya que está enfermo. El anticuario le dice que simplemente está preocupado por sus amigos húngaros, pero también manifiesta otra vez su malestar y su miedo a ser perseguido. No le gusta estar en España y cree que deberían irse a Estados Unidos donde podrían vivir la vida que se merecen. Angélica estaría dispuesta a dejarlo todo e irse, como siempre hizo para seguir a su marido, pero se pregunta por qué han invertido todo en la tienda de antigüedades si la intención de Víktor no era quedarse definitivamente en Madrid. Al parece Estados Unidos es un destino muy deseado por todos los refugiados y resultaría muy difícil irse ahí, explica Víktor. Pero al mismo tiempo no se siente a gusto en es España y de alguna manera le reprocha a su mujer lo bien que lo pasa esta en la capital española. Angi, herida, se va finalmente a la tienda.
Ahí se quedará mirando su copia del cuadro «El beso» de Klimt que por fin ha terminado y en ese mismo instante Jesús Rubín acude a la tienda y se queda a boca abierta ante la obra maestra de su amiga. Angélica, muy halagada, intenta ser modesta y le pide a Jesús sus impresiones sobre el cuadro. Se da cuenta así de lo sensible y romántico que es el hombre al describir la tristeza del amor imposible de los amantes del cuadro. Angélica se preguntá qué puede impedir un amor tan intenso y Rubín le contesta que quizá el precio a pagar.
Unas horas después Víktor llega a la tienda y parece estar mejor. Quiere ver el cuadro de Angélica terminado y ella le dice que se lo ha regalado a Rubín ya que lo ha visto tan entusiasmado con él. La reacción del anticuario es de lo más inesperado por su mujer: levanta la voz, la insulta y luego deja la tienda enfadado. No nos olvidemos de que Víktor escondió hace tiempo su misterioso sello en en la tela que ella estaba pintando.
Mientras tanto, Jesús decide regalarle el cuadro a Rocío que lo cuelga en seguida en el salón de su casa.