Víktor desayuna con Julio y Angélica sigue sin aparecer. Los dos hombres acaban borrachos y el anticuario empieza a recordar los viejos tiempos, cuando era un hombre fuerte y todavía podía andar con sus propias piernas. Le confiesa al dibujante de ‘Sucesos’ que muchas veces sueña con poder levantarse y coger a su mujer en brazos y bailar felices. Lo malo llega cuando Víktor quiere dar prueba de que sigue siendo un hombre fuerte que un día conseguirá levantarse de la silla de ruedas y dar el primer paso. Se levanta entonces haciendo fuerza sobre sus brazos y cae al suelo. En ese mismo instante llega Angélica, borracha también, que se agacha preocupada para saber qué le pasa a su marido. Julio se marcha a su casa.
Al día siguiente Angélica acude a hablar con Héctor Perea para saber qué se trae entre manos con Flora, la hija del Marqués de Balmán, ya que los ha visto juntos en Nochevieja en el Café del Teatro. El detective finalmente le cuenta que la están investigando a ella y a su marido, entonces Angélica sospecha de que es porque podrían estarle robando dinero al marqués. Ella también está interesada en el asunto ya que con Víktor tienen un negocio muy importante con él y además quiere llegar a ser su intermediaria de confianza. Desde este momento Angélica y Héctor harán como si no se conocieran para seguir adelante con sus respectivos planes.
Seguidamente el secretario del Marqués de Balmán, Rodrigo, se pasa por la tienda de los Ambrus para dejar el inventario de las piezas y Angélica le trata con mucha familiaridad. Víktor se pone celoso y ella le explica que es mejor que le traten bien porque el hombre sabe mucho y podría venirles bien tenerlo de su parte.
Por su parte Flora quiere que el negocio de su padre con los anticuarios termine, entonces se acerca a la tienda de antigüedades fingiéndose una compradora cualquiera ante Víktor con el objetivo de saber cuánto cobrarían en realidad los anticuarios para las piezas de su padre. Pero justo en ese momento llega Angélica y las dos acaban peleando. Flora se va de la tienda informándoles de que su padre está ingresado y a punto de morir. Pero la noticia no es precisa; Héctor llega también a la tienda y le explica a Angélica que el marqués está completamente fuera de peligro y qué fue él que mandó a Flora ahí para ver cómo reaccionara al ver en la tienda los bienes que debería recibir con la muerte de su padre, que en realidad es padrastro. Angélica entiende que se ha convertito en la ayudante del detective y decide cobrar sus honorarios de una manera muy peculiar, o sea con un beso en los labios de Perea. Víktor, que estaba en la trastienda, llega a ver el gesto.
Luego, en la cena Víktor empieza a hablar otra vez de querer mudarse a EEUU porque ya habían decidido que España no era su destino final y porque las cosas en la tienda no van muy bien. Angélica está harta de no echar raíces en ningún sitio y le propone vender el sello porque se quiere quedar en Madrid. Él no está de acuerdo, a lo mejor está buscando una excusa para volver a huir.
Al día siguien, la noche de los Reyes Magos, Angélica decide salir y suplica a Víktor que vaya con ella, pero el hombre no quiere de ninguna manera. Entonces ella decide quedarse, pero el anticuario no quiere que su mujer se quede en casa si quiere salir. Al final la convence para que salga sóla, pero los dos acaban teniendo una discusión porque Angélica necesita dinero y Víktor se queja porque anteriormente ella había pagado demasiado el trabajo de Manolita. Angélica se va entonces a la tienda a buscar algo en la caja, pero ahí no hay nada. En ese momento se presenta Rodrigo, que la invita a cenar de parte del marqués. Ella acepta encantada.