Flora discute con Angélica

En cuanto se entera de que los anticuarios están organizando una subasta, Flora acude corriendo a su tienda, en la que se encuentra también su padre, amenazando con ir a denunciarlos porque los objectos que se van a vender partenecen a su herencia. Según su opinión, los Ambrús serían ladrones que se están aprovechando del Marqués. La mujer se enfrenta en particular con Angélica, a la que llama fruncia y buscona. Ésta última la invita a que se vaya, y cuando por fin la mujer abandona la tienda, sale el inspector Vallejo que, a escondidas, ha escuchado cada palabra de la sospechosa. El inspector se pone en marcha antes de que Flora cometa alguna locura.

Finalmente llega el día de la subasta y Flora hace de todo para que su padrastro cambie de idea, hasta que no decide poner en práctica lo que tenía planeado: hacerle matar. Así que el Marqués «muere» por mano de un desconocido en medio de la calle, delante de todo el mundo. Finalmente Flora cree que su padre está muerto, aunque no le queda mucho para descubrir que ha sido todo un montaje de los detectives Héctor y Bonilla para poderla por fin retener.

Por esa razón la subasta está suspendida, las piezas se han quedado en el Café del Teatro a la espera de ser vendidas, pero el Marqués, después de los sucedido, no está en el mejor momento para pensar en eso. Víktor está preocupado e incita a Angélica para que convenza al noble a hacer otra subasta, pero ésta no quiere. Unas horas después una sorpresa se presenta para los anticuarios: un coleccionista argentino quiere comprar el entero lote del Marqués, sin siquiera ver las piezas. El anticuario siente que algo malo va a pasar, mientras que Angie se va corriendo al Café del Teatro para organizar el porte de las piezas hacia la tienda. Por el camino se encuentra a Narciso que la quiere entrevistar sobre lo sucedido con el Marqués en la subasta. El periodista intenta sonsacarle información sobre la vida personal de noble y también le habla de que las malas lenguas la veían como la amante de este, pero Angélica subraya más de una vez que su relación con el Maqrués era estrictamente profesional y que no conoce ningún detalle de su relación con Flora.

Por otro lado, cuando la muere llega al Café del Teatro, se encuentra con otra sorpresa: el inspector Vallejo le explica que el juez del caso del Marqués de Balmán ha ordenado la incautación preventiva de todas las piezas de la subasta, así que tienen que llevárselas. Angélica está muy preocupada porque tiene miedo a que se rompa algo durante el porte y porque si pasan demasiados días el comprador argentino va a perder el interés en el negocio. Vallejo le promete que hará todo lo que sea para que el juez levante la incautación lo más antes posible.

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