Angélica empieza con la falsificación del sello. Víktor le explica lo que tiene que hacer para que salga perfecto: reproducir todos los detalles, el color y en particular una pequeña muesca. La mujer no se siente a la altura para ese trabajo y sugiere a su marido que busquen a un experto, pero él le recuerda que sería peligroso meter a alguién más en el asunto. Finalmente Angélica acepta el desafío y decide seguir adelante con la falsificación.
Mientras tanto el inspector Vallejo llega a la tienda para que Víktor le preste el colgante de la bruja de Lavapiés y Angélica tiene miedo de que el hombre haya podido escuchar su conversación. Por suerte parece que no es así. Pues la mujer se marcha a una cita con el Teniente Coronel, que tiene que renunciar inventándose una excusa ya que no encuentra los documentos que le robó Rubik. Mientras los dos están charlando en la Plaza de los Frutos llegan Rocío y Cecilia. Cuando la anticuaria se queda a solas con la directora de ‘Sucesos’, como siempre acaban lanzándose indirectas.
Finalmente Angie vuelve a la tienda enfadada por las palabras de Rocío y Víktor malinterpreta su estado de ánimo pensando que la mujer esté mosqueada por no haber podido quedar con Armenteros. A Angélica parece no importarle demasiado el Teniente Coronel, pero lo que sí le importa son los celos de Rocío que ahora parece estar interesada en Eugenio. Víktor confía ciegamente en su mujer y cree a la explicación que ella le da. Los dos tienen que estar más unidos que nunca en este momento.
Al día siguiente Angélica enseña la primera prueba de la falsificación del sello a su marido y éste se enfada y la critica porque la reproducción está hecha muy mal. Angie se siente humillada. Así empieza una discusión entre los dos: Víktor acusa a su mujer de no centrarse demasiado en el trabajo por estar todo el rato disfrutando entre los brazos de Armenteros. Por su parte la mujer se difiende diciendo que ella no siente ningún placer al prostituirse y que lo está haciendo para salvar la vida de los dos. Justo en ese momento llega en la tienda Rubik. Sospecha que la pareja haya dicutido porque les ha oido hablar en voz alta y nombrar a Armenteros, pero el hombre no ha venido a hablar de eso si no a anunciar que ya envió a Budapest los documentos que encontró en casa del Teniente Coronel y mientras que espera una respuesta se quedará en Madrid.
Finalmente Peter deja la tienda y Angie, que mientras tanto había escondido el sello para que él no lo viera, quiere ir de prisa a casa a llevar el material de trabajo porque la tienda no le parece un lugar seguro. Mientras recoge las cosas, se quema con un ácido.
Al final Víktor le pide perdón a Angie y ella acepta las excusas. El sentimiento que hay entre los dos es muy fuerte. Mientras los dos hablan en la tienda, llega Vallejo que le devuelve el medallón al anticuario y le explica a la pareja cómo se resolvió el caso. Mientras tanto el inspector parece estar interesado en un baul que tienen en la tienda. Justo en ese momento llega Rubik. Éste lleva a Víktor fuera y le recuerda una vez más que tarde o temprano se hará con el sello. En ese mismo instante Jesús cruza la Plaza de los Frutos y Víktor le presenta a Rubín como el señor Figueroa.
Días más tardes, Angélica vuelve a intentar reproducir el sello y esta vez lo hace mucho mejor que la precedente, aunque no del todo bien para que sea igual al original. Mientras la pareja discute en la tienda llega Rubik que no pierde tiempo en ofender a Angie por su tácticas seductivas con Armenteros.