Actriz, bailarina y cantante, la televisión le ha hecho muy popular por series como El Internado o Amar en tiempos revueltos, aunque su verdadera pasión es el teatro donde ha representado más de treinta obras. La última y con la que actualmente se sube al escenario en Madrid es Cinco horas con Mario, en la que representa el papel de Carmen Sotillo, la despechada viuda.
¿Qué es para usted la Navidad? ¿Le gusta?
Tengo un afecto discreto por la Navidad, me parece bonita, me gusta cuando nos reunimos la familia, nos ponemos guapos, nos encontramos y mi madre hace cosas muy ricas… No me vuelve loca, pero está bien. Cualquier motivo es bueno para reunirse con la gente que quieres. Y luego está la parte horrorosa de los atascos, las aglomeraciones de gente y toda esa parte que me agobia un poco.
Una Navidad que recuerde especialmente…
Recuerdo una Nochevieja, con 18 años, sentada aquí justo donde estamos, en la plaza de Santa Ana, en un banco de espaldas al teatro Español contemplando un amanecer reflejado en los ventanales de este hotel [nos encontramos en el hotel Me], eso se lo recomiendo a cualquiera, si tienen paciencia para esperar el amanecer y ver que cada cristal es de un color, como una paleta de pintor, es maravilloso. Yo recuerdo aquel amanecer de 1 de enero como algo especial.
¿Era una niña buena? ¿Alguna vez le trajeron los Reyes carbón?
Sí me traían, pero del dulce, a mi hija también le poníamos ese carbón porque estaba rico. Yo era una niña buena, con una adolescencia rebelde, como casi todo el mundo, pero porque hay que pasar por ello.
Algún regalo que recuerde especialmente que le trajeran los Reyes.
Recuerdo un disgusto muy grande cuando el día antes de la noche de Reyes entré en el salón y vi que estaban poniendo a punto la bicicleta que había pedido y esto fue un disgusto y un enfado tremendo. Recuerdo que era una Orbea verde, yo tendría 8 años o así.
¿Es más de Reyes o de Papá Noel?
En mi casa somos de las dos cosas y nos sigue pasando que todos los años decimos “este año solo los Reyes”, pero mi madre siempre tiene regalos para las dos fechas y entonces tenemos algo en la recámara guardado para no quedar mal.
¿Le gusta la gastronomía? ¿Le da mucho a la buena mesa en navidades?
No soy de grandes comilonas pero tampoco soy de privarme, en estos días de celebración como bien pero no me pego atracones, lo que sí me encanta es la lombarda que prepara mi madre todos los años por Nochebuena.
¿Se cuida mucho? Para hacer musicales como Cabaret hay que estar muy en forma.
Claro, procuro estar en forma, pero no me privo excesivamente, vamos, mentira, me privo de algunas cosas porque tengo algunas intolerancias alimentarias y eso sí lo tengo que mantener a raya, pero no soy de pasar hambre, ni tampoco le encuentro el placer a pegarse un atracón de esos que se te dilatan las costillas, no encuentro placer en eso, la verdad.
Hace cine, televisión, teatro… toca todos los palos. ¿En qué medio se siente más cómoda?
Por lo que me dedico a esto es por el teatro, es lo que me gusta, mi vocación y mi pasión. Lo que pasa es que luego hubo un momento de mi vida en el cual tuve que empezar a ser un poquito más práctica, formé una familia y me di cuenta de que tenía que abrir el espectro de posibilidades. Fue cuando surgió la oportunidad de trabajar en un serie de televisión, El súper y ahí descubrí que es también un trabajo interesante, que es otra forma de interpretar en la cual hay que administrar el gesto con muchísimo más control. Me di cuenta de que una cosa enriquece a la otra, y sobre todo el espectador de la tele siempre es un potencial espectador de teatro y eso es un capital que hay que aprovechar.
¿Si sale en televisión luego la van a ver al teatro?
Sí claro, hay personas que si no te conocen no van, y la televisión es una forma al fin y al cabo de promoción. Incluso hay gente que nunca ha ido al teatro y que se acerca a ver una función porque te sigue en televisión y al final acaba convirtiéndose en un aficionado al teatro, lo que me parece una cosa maravillosa.
¿Le infundía respeto sustituir a Lola Herrera como Carmen Sotillo en Cinco horas con Mario?
El asumir, el tomar el relevo de Lola para mí ha sido todo un honor, siempre lo he dicho y lo repetiré toda mi vida, es un privilegio y además me siento afortunadísima de que José Sámano y Josefina Molina, que son el productor y la directora, que también estuvieron con ella, tuvieran la confianza de depositar en mis manos ese personaje después de toda la gloria y los éxitos que habían acompañado al montaje con Lola Herrera; y se lo agradeceré siempre que tuvieran esa confianza.
¿Le ha sido difícil prepararse el personaje? ¿Qué es lo que más le ha costado?
Pues primero memorizarlo realmente fue muy complicado, es muchísimo texto, un lenguaje muy especial, lleno de bucles. A partir de ahí, ha sido todo un disfrute enorme, es verdad que es trabajoso porque es un monólogo y recae toda la responsabilidad sobre las espaldas de una sola actriz, pero yo lo disfruto cada tarde muchísimo, para mí es un placer.
Aparte del personaje que ha escrito Delibes, ¿se ha inspirado en alguna mujer real para hacer el personaje?
El retrato que hace Delibes del personaje es tan completo que no hace falta inspirarse. El texto es lo más inspirador que yo he tenido en mis manos. Es curioso, porque es una mujer con una personalidad aparentemente simple, pero de una complejidad tremenda y eso le da muchísimos matices y a mí me da muchísima información, pero no solamente acerca del personaje sino de toda la sociedad de los años 60 en España. Es un texto lleno de ironía, el personaje está visto con mucho humor, con ternura, con compasión, con mucha crítica, es un personaje riquísimo.
¿En qué hemos cambiado las mujeres desde Carmen Sotillo? ¿Cómo sería ella en la actualidad?
Carmen Sotillo en la actualidad se lo pasaría pipa, porque ella lo que tiene ganas es de pasárselo bien y toda la obra en realidad, todo ese monólogo larguísimo, es un pretexto para encontrar el momento de hacerle a su marido una confesión muy gorda. Es una mujer que está llena de contradicciones, que defiende una moral muy recta y muy castradora para la mujer, una moral de entonces, pero en el fondo lo que tiene es unas ganas enormes de vivir, de ser mujer y de disfrutar su sensualidad, entonces yo creo que hoy en día Carmen Sotillo con otra información habría sido una mujer completamente diferente.
¿Y en qué hemos evolucionado?
Estamos a años luz, afortunadamente.
¿Con quién pasaría cinco horas?
En su momento, antes de que muriera, dije que con Santiago Carrillo, pero ahora diría que con mi padre, que ya tampoco está y me encantaría pasar cinco horas o unas cuentas más con él. Se nos quedaron muchas cosas por hablar.
Ha trabajado en series de televisión. ¿Cree que se hace buena ficción en España?
Se han hecho series estupendas en España y lo que sí me da un poquito de pena es que últimamente en TVE se estaban haciendo series fabulosas y con esta maldita crisis hay algunas que se han caído de la programación como Amar en tiempos revueltos, en la que yo participé la temporada pasada haciendo un personaje que me encanta, Angélica, pues bueno, TVE no ha querido seguir grabándola y están grabándola ahora en Antena 3, a mí eso me parece una lástima porque es la mejor serie en su género. Luego también hay series semanales buenísimas en TVE que se emiten en prime time que esperemos que superen las dificultades, pero sí, se han hecho series muy buenas en España. Vamos a ver ahora con el problema que tenemos económico y todos los presupuestos reducidos a ver qué es lo que se puede hacer.
Hablemos de eso, de los recortes: ¿qué opina, los siente en sus propias carnes?
Por supuesto, pero yo como cualquier ciudadano. A los actores nos tratan como si fuéramos de otra casta, pero somos como todos y esto es durísimo para todo el mundo. Los actores estamos acostumbrados a vivir en la incertidumbre porque siempre trabajamos en precario de alguna forma, nunca tenemos contratos fijos ni nada por el estilo, pero por supuesto lo notamos mucho, muchísimo.
Pero a usted no le falta trabajo, está en un momento muy dulce de su carrera…
A mí me falta trabajo como a todo el mundo, lo que pasa es que yo no voy contando penurias, pero paso las mismas dificultades, ya no hay giras como las de antes, ya no son los sueldos de antes, no duran las temporadas en los teatros tanto tiempo como antes… igual que todo el mundo.
Canta, baila, actúa, es atractiva… ¿Echa de menos algo en la vida o lo tiene todo?
He dedicado muchos años de sacrificio para llegar a conocer esas disciplinas y poder ganarme la vida con ellas, eso no es una cosa gratis ni que te llueva del cielo, no, eso lo juro. Estuve muchos años estudiando ballet clásico, estuve en la Escuela de Ballet Nacional Español, estudié danza contemporánea en el estudio de Carmen Senra. He estado años estudiando, muchísimos años estudiando.
Eso no lo hacen todos los actores.
Casi todos los actores son gente disciplinada que estudia y se prepara. Una cosa es los que tienen la profesión de actores y que se ganan la vida con ello y otra la gente que se cree que esto es muy fácil y que con salir un día en un concurso de la tele ya se es un profesional. Pero prescindiendo de esos especímenes, los actores son gente muy instruida y las generaciones jóvenes ya ni te cuento. Yo fui una rara avis en mi época, pero ahora mismo cualquier actor joven se prepara, vamos, tiene una formación multidisciplinar: sabe interpretar, sabe cantar, sabe bailar y muchos saben hacer acrobacias y además montar a caballo y además patinar. Es que a mí me da un poco de rabia porque a veces se nos ve como una cosa muy frívola y todo muy fácil y en absoluto, vamos.
¿Cuándo se dio cuenta de su vocación y de que quería prepararse para ser actriz?
Mientras veía la película All That Jazz, que me fascinó. Me enamoró completamente el lenguaje de Bob Fosse y además, es curioso, porque hace un retrato del mundo del espectáculo nada amable sino más bien descarnado, pero a mí me fascinó la película y salí del cine diciendo que quería dedicarme a eso, que quería aprender a hacer eso.
¿Y qué papel le gustaría interpretar en el futuro?
Pues me llegan personajes tan maravillosos que no me atrevo ni a pedir, solamente a dar las gracias, porque la verdad es que me han llegado papeles que me vuelven loca, desde la Sally de Cabaret; la Porcia de El mercader de Venecia; Velma Kelly, de Chicago; y ahora Carmen Sotillo, pero bueno, puestos a pedir pediría uno de los grandes personajes de Shakespeare, me gustaría muchísimo.
Como mujer profesional que es, ¿cómo concilia su papel de mujer con el papel de actriz?
Pues siempre lo digo, con mucho esfuerzo y con todo el amor del mundo, que es lo que más fuerza da, el amor, y también con la comprensión de mi familia, claro, porque muchas veces los horarios han sido completamente antifamiliares, pero bueno, ya parece, creo, que lo hemos conseguido.
¿Tiene hijos?
Sí, una hija de 18 años.
¿Y pareja?
Sí, pero nunca me he casado. El padre de mi hija murió, es la primera vez que lo digo.
¿Su hija quiere ser actriz?
No, no. No va detrás de su madre.
Qué raro que no quiera seguir sus pasos…
Pasa mucho. De los hijos de los actores, los casos que conozco, o lo tienen clarísimo y no quieren otra cosa más que ser actores también o se van a otro sector completamente distinto. Ella es muy creativa, realiza estudios artísticos, pero lo de actuar no le va.
Por último, ¿qué le pediría al nuevo año?
Le pediría y le pido que esta situación mejore, que haya trabajo para todos, esto lo pido desde el fondo de mi alma, porque todos tenemos muy cerca gente en paro y el miedo a perder nuestro propio puesto de trabajo, pues eso, rogar al cielo que mejore la situación para todos.
fuente: Tiempo (agradecimiento especial al equipo de Lolita Blu)
