«Es una perfecta tragicomedia»

El año transcurrido desde el estreno de esta nueva versión de ‘Cinco horas con Mario’, de Miguel Delibes, no ha hecho sino acrecentar el interés por el trabajo de su protagonista, Natalia Millán. La actriz (Cabaret, Amar en tiempos revueltos) ha salido airosa del reto de interesar a los espectadores por la personalidad de Carmen Sotillo, la viuda que aprovecha el velatorio para ajustar cuentas con su matrimonio, un personaje que durante casi treinta años interpretó Lola Herrera.

Salida de la novela, Carmen Sotillo se ha convertido en una figura teatral por excelencia, aprovechando, según opina Natalia Millán, la extraordinaria vitalidad que derrochan sobre el papel los personajes de Delibes y su gran dominio del lenguaje de la gente de la calle.

¿Qué sabía de Mario y de Carmen antes de este montaje, porque es una obra que muchos jóvenes conocen en el instituto?
Yo la leí más tarde, porque en el instituto me tocó ‘La hoja roja’ a los 12 o los 13 años, el primer libro que yo leía de Delibes y que me encantó. Habla de un jubilado y teóricamente es difícil que atrape a un adolescente, pero a mí me gustó muchísimo. De ‘Cinco horas con Mario’ supe a partir de la interpretación de Lola (Herrera). Creo que la primera vez que supe de la obra fue cuando mis padres volvieron del teatro, impresionados por su interpretación. Mi madre dijo algo así como que a través del discurso de ella, que era bastante crítica con Mario, te identificabas y te compadecías de él. Es un punto de partida para explicar lo que es la novela. Cuando luego vi a Lola me fascinó su trabajo, como no puede ser de otra forma.

¿Ella la ha visto en el papel? ¿Qué ha comentado?
Vino a verme al camerino y fue un encuentro muy emocionante. Yo también la sentía a ella emocionada, en parte porque sé que hay cariño entre las dos y porque la emocionaba ver ese personaje que de alguna forma es de ella y con el que ha estado tanto tiempo. Se mostró sorprendida, porque se trataba de una Carmen distinta. Es un personaje tan rico que permite lecturas diversas.

Para Lola Herrera, este personaje significó un revulsivo personal. Esta historia resumía también la de muchas mujeres españolas. No sé si con el tiempo transcurrido será comprendida igual por las mujeres de hoy.
Lo realmente maravilloso es que lo podamos mirar desde la distancia a pesar del poco tiempo que ha pasado. En términos históricos, algo más de medio siglo es sólo un suspiro. La sociedad española y la mujer han evolucionado tanto que nos permiten esta mirada con otra perspectiva. Lola era de una generación más próxima y la obra quizá le revolvió muchas cosas. A la obra vienen muchas chicas adolescentes y percibo sus reacciones. Hay un primer momento como de perplejidad pero al final, como es un personaje tan bien escrito, se quedan en anécdota las barbaridades que dice y se impone lo humano del personaje, de mujer con una gran parte de su vida inmersa en la frustración y en muchos errores, una mujer que da más ternura que otra cosa y a la que acabas comprendiendo.

¿No se sale muy hundida tras interpretar la obra?
No. Mucha gente ha visto a Lola interpretar la obra, porque es una de las que más tiempo ha estado sobre los escenarios en España, además con tanto talento y tanto éxito. Y es curioso que el peso de la parte dramática haga que la gente se olvide de todo el humor que hay. La gente se reía mucho con Lola y ahora también. No, no se sale hecha polvo porque ella da una de cal y otra de arena, y el momento dramático potencia el cómico y viceversa. Carmen tiene un sentido del humor peculiar y la obra se mueve de una orilla a otra. Yo acabo a gusto y cuando veo a la gente salir parecen ir con satisfacción y cara de haber pasado un buen rato. Para todos parece muy claro que se trata de un drama, pero yo reivindico que es una perfecta tragicomedia.

Sí, porque ella es una mujer con una gracia especial.
Efectivamente, a veces porque quiere y a veces a su pesar. Sin querer, ella dice cosas graciosas por disparatadas.

¿No había hecho antes monólogos?
No, y además tenía mucha curiosidad y muchas ganas y la verdad es que me encanta.

¿Ya le ha perdido el miedo?
A este en concreto, sí. Es muy apetecible. Ya lo he dicho otras veces, que tiene algo de trance que me gusta. Me gusta mucho. No pierdes la concentración desde que se levanta el telón hasta que baja. La verdad es que me gusta.

Se trata de un personaje muy diferente de los que ha interpretado hasta ahora.
Tengo la suerte de que casi ningún personaje de los que he hecho se parece a otro. De mí se podrán decir muchas cosas, pero encasillada, no.

Es muy valiente.
Eso se me dice mucho, sobre todo desde ‘Cinco horas con Mario’. Pero yo creo que es simplemente que quiero trabajar y acepto los trabajos, sobre todo si son interesantes. Cuando un trabajo es aburrido, si puedo, digo que no. Pero si es interesante, no es que sea valiente, es que sería tonta si lo dejara pasar.

fuente: hoy.es

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