Natalia concedió junto a sus compañeros de «Chicago» dos entrevistas para la revista Teatros en los meses de noviembre y diciembre de 2009. Aquí os tramos solamente las preguntas que le hicieron a nuestra Natalia.
¿Cómo definiría este musical?
Es una obra valiente, mordaz, sincera, divertida, cruel. No es amable, no tiene colorines, es oscura y brillante. Sensual. Tremendamente divertida. Puro Bob Fosse.
Inició su carrera en el teatro musical (“My fair lady”, “Mata Hari”, “Cabaret”, entre otros). Casualidades, el comienzo de esta pasión tuvo que ver con Bob Fosse. Supongo que protagonizar “Chicago” es especial…
Es el sueño de una adolescente que se hace realidad ahora en la madurez. Un círculo mágico que se cierra y da sentido a muchas cosas. Gracias, Vida.
Además, repite con Manuel Bandera. ¿Cómo ha sido el reencuentro?
Por Manuel siento cariño, respeto, admiración, confianza… Salir al escenario con él es como saltar con red: nada malo puede pasar. Me siento realmente cómoda. Espero que él también…
Interpreta a Velma Kelly. ¿Cómo es su personaje?
Es una asesina con vestidos de lentejuelas y el glamour de un payaso que habita una cárcel oscura en una sociedad absurda. Perversamente ingenua, ingenuamente perversa.
Canta, baila y actúa. ¿Se puede romper con el tópico de “aprendiz de mucho, maestro de nada”?
Te doy otro objetivo: aprendiz de mucho, maestro de todo. ¿Dentro de veinte años quizás?
Es Elsa en “El internado”, la hemos visto sobre las tablas con “El mercader de Venecia”… ¿Qué prefiere?
Con ilusión se compagina. Pero prefiero el escenario siempre.
¿Qué tiene de actual la historia de este musical?
Se habla de corrupción, de manipulación de los medios de comunicación, de manipulación de la opinión pública a través de los medios de comunicación, de juicios paralelos, de conseguir la fama a cualquier precio. Todo esto nos suena mucho.
Háblenos un poquito de cómo es todo este ambiente en el que se mueve «Chicago», de esos años 20…
Con una máquina del tiempo me iría a los años 20. Eran unos años fascinantes. La estética de aquellos años me parece maravillosa, fue muy rompedora, además, fue una época muy importante para la mujer en la cual conquistaba su libertad a golpe de tijeretazo en las faldas: a medida que subía el largo de la falda, iba conquistando peldaños de su libertad. Pero también fueron como una cortina de humo frente a lo que estaba por venir, una época muy crítica.
¿Miedo escénico o ya no?
¡Miedo escénico siempre! Muchos nervios, mucho miedo, vértigo… de todo. Estamos a punto de aterrizar en una historia fascinante y eso siempre da muchos nervios.
¿Cree que tendrá tanto éxito aquí como en Broadway o en Londres?
Eso siempre es una incógnita. En otro tipo de negocios quizás se puedan hacer cálculos, pero la magia del teatro es que es magia y que no se puede calcular. Hay que pensar en disfrutar de un proyecto tan maravilloso como éste y, si además es un éxito, ya es un regalo de los dioses.
fuente: Revista Teatros (noviembre 2009)