'Mi fin último es hacer teatro, aunque la televisión me ha dado la popularidad'

Tras llevar poco más de un año interpretando ‘Cinco horas con Mario’, de Miguel Delibes, la actriz Natalia Millán aterriza en Jaén, tierra de olivareros, para llenar el patio de butacas de la sala cultural de Peal de Becerro de emociones contenidas, bajo la luz tenue del escenario que le marca el guión.

Ambientada en marzo de 1966, la protagonista se mete en la piel de Carmen Sotillo, de 44 años, que acaba de perder a su marido Mario de forma inesperada. Una vez que las visitas y la familia se ha retirado, ella sola vela durante la última noche el cadáver de su marido e inicia con él un monólogo- diálogo en el que descubrimos sus personalidades y los conflictos de su matrimonio.

‘Cinco horas con Mario’, un monólogo, cómo se enfrenta sola al público, sin compañeros sobre las tablas?
La verdad es un enigma, nunca lo había hecho y me apetecía especialmente desde hace tiempo. Sientes como cae sobre ti todo el peso de la función, toda la responsabilidad, pero eso me llena. Cuando estoy sobre el escenario entro como en trance, en un túnel del tiempo, que me aleja de la realidad pero me acerca al público muy directamente, es algo mágico.

Tantas horas de ensayo con Mario, ¿qué sentimiento ha despertado en ti?
El texto es tan rico, mostrando la habilidad propia de una de las plumas más importantes de todos los tiempos, que he llegado a empatizar con Mario, a pesar del discurso negativo de Carmen. No deja de ser una relación de amor, con graves problemas de incomunicación, que no les dejaron crecer como pareja y como personas. Si hubieran sido capaces de solventar ese bache, hubieran sido felices.

¿Tiene algo en común usted y Carmen Sotillo?
Somos mujeres, pero muy diferentes. Los tiempos han cambiado mucho para nosotras, pero no hay que olvidar de donde venimos y cuanto hemos evolucionado, desde los años sesenta hasta ahora. Y, aunque no tengo cosas en común con ella, intento aprender de ella y de su experiencia. Si nos diéramos la oportunidad de conocernos, aunque seamos diferentes, nos enriqueceríamos como personas.

Si le pregunto por Lola Herrera…
Es una actriz que ha escrito páginas de la historia del teatro. Puso en valor esta novela, hace más de treinta años, pronosticando que si se llevaba al teatro cosecharía muchos éxitos, y así se hizo. Es un honor para mí poder protagonizar esta obra, por eso me acerco a ella con respecto y humildad. Además, trabajo con el mismo equipo que ella lo hacía, me ha dejado un gran legado.

¿Considera la suerte un factor importante en su carrera, o al contrario sus éxitos provienen del riguroso y duro trabajo?
Las dos cosas han sido importantes en mi trayectoria, soy bastante trabajadora y tengo suerte de que me ofrezcan estos personajes, que cualquiera codiciaría, pero hay que trabajar. La inspiración te tiene que pillar trabajando.

¿Algún secreto de los últimos minutos antes de subirse a un escenario?
No me gusta estar entre cajas, prefiero salir justo cuando va a comenzar la obra, por lo que soy el terror del regidor. También me gusta hacer un calentamiento físico y vocal, no es una liturgia, y sobre todo, que me dejen tranquila, necesito estar relajada para ir abandonando la piel de Natalia y meterme en la de Carmen.

fuente: ideal.es

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