El 6 de enero representará la última función de una obra que acaba de cumplir 33 años sobre el escenario.
¿Qué sientes ahora que se acaba?
No siento que se ponga el punto final. Sé que es una función que podemos retomar, esperando a que el momento sea propicio, porque ahora todo es difícil.
¿Cómo es la soledad en el escenario?
Es la experiencia más fascinante que he tenido. El ejercicio de concentración es tremendo. Pero al mismo tiempo no hay elementos de distracción y la conexión con el público es intensísima. Este papel tiene algo de trance.
Después de todo este tiempo, ¿quieres más a Carmen Sotillo?
La conozco más. Es de una mentalidad que, afortunadamente, está superada. Delibes la describe casi con bisturí, y también con ternura y compasión. Encarnar a un personaje es completamente contradictorio con juzgarlo y esa es una de las cosas que más me gustan de ser actriz. Tienes que intentar comprenderlo, por muy alejado que esté de ti. Carmen y yo tenemos que ver muy poco, pero trato de ponerme en su lugar.
¿Qué impone más: el autor, el texto o Lola Herrera, que lo representó 25 años?
Cuanta más calidad tiene un texto menos impone, sé que me lo va a poner más fácil. Pero es verdad que un texto así, interpretado por Lola con toda la gloria, te hace responsabilizarte aún más para hacerlo mejor.
¿Te aconsejó la actriz vallisoletana?
Me dijo que confi ara en el texto porque ahí estaba todo. Y es una gran verdad. Delibes murió poco antes de tu estreno.
¿Qué crees que le hubiera parecido?
Para mi consuelo puedo decir que buena parte de su numerosa familia vino al estreno en Valladolid y me dedicaron palabras maravillosas que me emocionaron muchísimo y me dieron mucha fuerza.
Has protagonizado musicales como Chicago o Cabaret. ¿Cansa más cantar y bailar toda la noche o hablar hora y media a un marido muerto?
Un musical, físicamente, más que una obra de texto, pero cada una tiene sus exigencias.
¿Qué piensa el público joven de la obra?
La toman con muchísimo humor. El escenario favorece el texto para ellos, porque solo con la lectura, sin haber vivido esa época, es difícil captar la ironía de Delibes.
Y ahora, ¿qué viene, televisión de nuevo?
No es una época de abundancia de proyectos, pero tengo algunos e intentaré decidir bien. Mejor no contarlos, por si se gafan.
fuente: Estilo G by hsm