Víktor se pone muy nervioso y casi se ahoga cuando desde la embajada estadounidense van a visitarle a la tienda para interrogarle otra vez. El anticuario siente como si le estuvieran tomando el pelo haciéndole cada vez las mismas preguntas y por ese motivo, cuando Julio se acerca a la tienda para verle y charlar con él, pierde la razón y le ofende llamándolo «maricón» cuando el chico se le acerca para tranquilizarle.
Más tarde Rubñin va a casa de Angélica y Víktor para comentarles la extraña actitud de Rocío y Armenteros. El periodista sospecha que hay algo entre ellos y Angie afirma que ella también piensa que los dos son amantes.
Al día siguiente Víktor está muy arrepentido y le pide a Angie que le acompañe a la redacción para pedirle perdón a Julio. El chico acepta sus disculpas pero la amistad se ha roto.
Cuando el anticuario se da cuenta de que no van a tener nunca los visados para irse a Estados Unidos, decide conseguir una prueba de su anticomunismo: una carta de recomendación de Armenteros. Angélica no está de acuerdo y no quiere estar sóla en el momento de pedirle el favor al militar, así que le pide a su marido que sean los dos juntos a hacerlo. Entonces Angie llama al Teniente Coronel y éste promete pasar por la tienda cuanto antes. Cuando el matrimonio le explica el motivo de la llamada de Angie, Don Eugenio no duda ni un minuto en aceptar escribir una carta que justfique su anticomunismo. Por ese motivo, Víktor invita a Angie a que acompañe al Teniente Coronel a casa para darle dos documentos para redactar la carta. Una vez ahí los dos recuerdan los momentos pasados juntos, pero de mutuo acuerdo deciden que están mejor separados.