Natalia Millán no es mujer de dogmas ni de adhesiones ideológicas. No forma parte ni del clan de la ‘ceja’ ni tampoco del de la ‘barba’, los famosos que abanderan la candidatura de Mariano Rajoy a la presidencia de Moncloa.
Pero, a pesar de ello, es consciente de que el mundo de la cultura en el que desarrolla su actividad profesional se encuentra maltrecho y un cambio de Gobierno podría ser la llave hacia un futuro mejor. “No tengo la bola de cristal, ojalá. Quiero que esta situación mejore, pero para todos. Esta maldita crisis no es solo un problema de los que mandan sino mundial. Que pase lo antes posible”, dice la actriz, bailarina y cantante de musical.
Millán, que actualmente trabaja en la serie Amar en tiempos revueltos y en la representación de la obra Cinco horas con Mario, considera que es “deplorable” que los recortes siempre comiencen en los ámbitos de la cultura. “Es un momento muy complicado, son tiempos en los que los principales afectados son la sanidad, la educación y la cultura. Es un momento histórico. Desearía que apareciesen otras formas de movernos en la economía que sean mejores que las de ahora”, afirma. “Aunque yo no me puedo quejar, porque trabajo mucho. Tanto que ni descanso los fines de semana”, prosigue durante la presentación de Sérum 7, la nueva línea de cosméticos de Boots de la que es imagen.
Volcada de lleno en la serie de TVE, donde realmente se siente a gusto y alcanza su plenitud esta actriz que roza los 41 años es en el teatro. “La televisión me gusta, pero el teatro me apasiona. En cambio, no me gustó mucho la experiencia como jurado en un programa de Cuatro. No me gusta juzgar a las personas, aunque respeto por ejemplo el trabajo de Risto Mejide. Yo sé de primera mano lo mal que se pasa en los casting y no llegó a convencerme”, concluye. Su hija Violeta, una adolescente que se “porta muy bien”, de momento no tiene muy claro seguir sus pasos. Sería el mejor comienzo para una gran saga de actrices.
fuente: Vanitatis