Hace ya una semana que el matrimonio Ambrus llegó de Hungría a la Plaza de los Frutos donde abrió su propia tienda de antigüedades. Este nuevo negocio, instalado en la antigua tienda de discos, ha vuelto a dar a la plaza ese toque de elegancia que le faltaba. No tardaron nada en hacerse nuevos amigos, sobre todo Angélica que, gracias a su espectacular belleza, ha llamado la atención de todos los hombres del barrio.
Angélica Valdés, antigua actriz y ahora pintora, es la bellísima mujer de Víktor (Juan Gea), un anticuario prostrado en silla de ruedas. El hombre quedó impedido de cintura para abajo durante una operación para ayudar a un conterráneo a salir de Hungría. Este problema parece no haber afectado de ninguna manera el cariño entre la pareja, aunque hemos podido ver que los dos siguen aparentemiente felices gracias a un peculiar acuerdo: de hecho Angélica puede acostarse con otros hombres bajo consentiemiento de su esposo, a no ser que esto suceda en su piso.
La pareja, huida de Hungría para empezar una nueva vida, tiene un viejo conocido en Madrid: Jesús Rubín, al que conocieron cuando él era corresponsal en Budapest durante la segunda guerra mundial. Angélica y Víktor le ayudaron mucho durante su estancia ahí y por eso el redactor jefe de la revista ‘Sucesos’ estuvo gestionando para que sus amigos pudieran instalarse en Madrid antes de que la situación húngara empeorara aún más. La cariñosa amistad entre Jesús y Angélica despierta los celos de Rocío, que no parece apreciar la espontaneidad y el saber hacer de la nueva vecina.
Pero parece que hay algo que no sabemos todavía. No obstante el buen comienzo en una nueva ciudad, Víktor sigue preocupado, parece que algo le inquieta y como se ve en el avance del capítulo del lunes, hasta tiene pesadillas.
¿Qué esconden realmente Angélica y Víktor?