La obra ‘Cinco horas con Mario’ del novelista Miguel Delibes regresa a la escena teatral barcelonesa de la mano de Natalia Millán, actriz que da vida a Carmen Sotillo, la esposa de Mario. Millán (Madrid, 27/11/1969), conocida por su participación en series televisivas como ‘El internado’ o ‘Amar en tiempos revueltos’, y en obras teatrales como ‘El Mercader de Venecia’, ‘Cabaret’ o ‘Chicago’, se enfrenta a uno de los papeles más exigentes de su carrera. Esta obra, dirigida por Josefina Molina, abre la temporada del Teatre Goya Codorníu y se podrá ver hasta el próximo 11 de octubre.
¿Cómo surgió la historia de protagonizar ‘Cinco horas con Mario’?
Después de ‘Chicago’ pensé: ¿Qué podría hacer para ser igual de feliz? Se me pasó por la cabeza sin darle una mayor importancia que un monólogo estaría muy bien. A los pocos días, recibí una llamada del productor José Sámano ofreciéndome ‘Cinco horas con Mario’. Él dice que yo dije sí inmediatamente.
¿Y no fue así?
Entre que se cerró la interrogación ofreciéndome este papel y yo dije que sí, me tuve que sentar para no caerme redonda. Aunque me dio mucha pena irme de ‘Chicago’, creo que ha sido una decisión muy acertada.
Eso sí, menudo cambio de registro entre ‘Chicago’ y ‘Cinco horas con Mario’, ¿no?
He sido muy feliz en ‘Chicago’. Hay una película de Bob Fosse, uno de los autores de ‘Chicago’, titulada ‘All That Jazz’, basada en él. Esta película tiene la culpa de que me dedique a esto. ‘Chicago’ ha sido algo mágico y suponía cerrar un círculo.
Y llegó ‘Cinco horas con Mario’. ¿Qué le ha sorprendido más de este monólogo?
Es uno de los mejores textos de la literatura española del siglo XX. Además de ser una delicia y muy apasionante, una de las cuestiones que más me ha llamado la atención es que puede llegar a todo el mundo. Es un monólogo que genera interés y ha trascendido a aquella generación de la España de los 60.
¿La obra también conecta con las nuevas generaciones?
Precisamente compruebas la calidad de una obra si soporta el paso del tiempo sin deteriorarse, y en el caso de ‘Cinco horas con Mario’ es así. A la gente de una determinada edad le interesa, se identifica, pero incluso los adolescentes, que a veces han venido grupos de colegio un poco obligados porque es lectura obligada en el bachillerato, vienen a regañadientes y se van encantados.
¿Con qué disfruta más interpretando este monólogo?
Es un monólogo apasionante y maravilloso, es algo como una especie de trance. Requiere tanta concentración que dejas tu yo ahí fuera entre cajas, y sigues siendo ese personaje, estás en esa época y en ese mundo a lo largo de una hora y media.
Algunos comentarios de los espectadores aseguran que cuando interpreta a Carmen Sotillo parece que está contando su propia vida…
¡Qué bien! Porque no tiene mucho que ver, así que no lo debo hacer mal (sonríe).
¿También le ha sorprendido el sentido de humor del monólogo?
Es una tragicomedia, una comedia vestido de luto. Es una obra que remueve muchas cosas y no solamente a los que vivieron aquella época, sino a todos. Trata cuestiones eternas, como el amor, el desamor, la comunicación o la culpa. En mayor o menor medida, nos sentimos identificados, pero es una obra muy divertida. La gente mayor manifiesta esa diversión y los jóvenes que vienen también se ríen mucho. Incluso a veces los profesores los regañan por reírse, pero está muy bien que se rían.
¿Es uno de los papeles más difíciles que ha interpretado hasta ahora?
Sí, en el sentido de que toda la responsabilidad recae sobre la actriz. Todos los papeles son difíciles, aunque a veces pasa algo paradójico.
¿El qué?
Parece que una obra tan buena y exitosa es más difícil que una obra menos importante y de menos calidad. ¡Cuánto mejor esté escrito un texto y un personaje, el autor te lo pone más fácil, te lo da hecho! Lo que es difícil es sacar adelante una obra mal escrita. Pienso que ‘Con cinco horas con Mario’ no quiero estropearlo, y nada más (sonríe).
Antes de usted, Lola Herrera había interpretado durante muchos años este personaje. ¿Le ha dado algún consejo?
Sí, me ha dado muchos, pero uno que es fundamental y sabio.
¿Cuál?
Me dijo: “¡Confía en el texto porque ahí lo tienes todo!”
¿Le ha servido?
Aunque parezca simple es perfecto. Me ha ayudado mucho.
Y al estar tanto tiempo en escena interpretando sola un monólogo, ¿se prepara de alguna manera especial antes de la actuación?
Sobre todo estoy muy concentrada. Normalmente pido el favor de que media hora antes no vengan al camerino.
Me han dicho que también practica yoga, ¿lo hace también antes de la actuación?
Sí que lo practico, es lo ideal. Lo que más me gusta es hacer yoga, estar un poco en contacto con la madera en el suelo. De alguna manera, predisponer el cuerpo al trabajo que realizarás.
Además de sus actuaciones teatrales, también la hemos visto en distintas series televisivas. ¿Se siente más cómoda en televisión o en teatro?
Para el 99% de los actores, hay algún caso raro que conozco, el teatro es nuestro medio natural. Es donde de verdad se juega, pero estoy contenta también trabajando en televisión.
¿Por qué se decanta más por el teatro?
Eres dueña de tu historia de alguna forma en el teatro, desde el principio al final. Se parece más al jugar de los niños y en el sector audiovisual el dueño es el director. De hecho, no grabas cronológicamente, grabas el final, vuelves al principio, y luego otra escena. Hay un mito, que me hace mucha gracia, de que el teatro es duro y es mejor la televisión.
¿Realmente no es así?
La televisión es muy dura, las jornadas son larguísimas, no hay hora de acabar. Tienes que trabajar de día y de noche, con calor y con frío…bañarte en la calle en invierno o vestir trajes de época en verano. En cambio, tienes una jornada muy corta en el teatro, no madrugas. Por la mañana puedes ir al gimnasio y leer el periódico. Los horarios y días de trabajo son fijos. Es mucho más fácil.
Entre los nuevos proyectos televisivos destaca el próximo estreno de ‘Galerías Velvet’, un drama romántico en el sector de la moda. Usted interpreta el papel de la mujer del propietario de las galerías. ¿Qué puede contar?
¡Con ganas de que ya se estrene! La serie es extraordinaria y los decorados son fastuosos. Es una época similar a la de ‘Cinco horas con Mario’, pero la acción transcurre en la capital, no en provincias. Mi personaje pertenece quizás al estrato social que le gustaría a Carmen Sotillo. Es una serie que tiene muchos ingredientes para vaticinarle un gran éxito.
También la hemos visto saltando desde el trampolín en el programa ‘¡Mira quién salta!’. ¿Repetiría experiencia?
No (sonríe). Ha sido una anécdota. Nunca se puede decir de esta agua no beberé, y menos en los tiempos que corren. Es un pecado decir no a un trabajo ahora mismo, no sabemos si será el último. A todos y cada uno de los españoles les cuesta mucho decir que no a un trabajo.
¿Es cierto que cuando empezó en el mundo de la interpretación lo ocultaba en casa?
Tenía un papá muy mayor y no le gustaba. Lo tuve que mantener en secreto e incluso engañarle. Decía que iba a clases de inglés, así que mi nivel de inglés es deplorable (sonríe).
Si tuviera que estar con alguien cinco horas, ¿con quién estaría?
Estaría probablemente con algunos de los seres queridos que se me han ido. Nos han quedado muchas conversaciones pendientes.
fuente: La Vanguardia