Natalia Millán estrena esta noche en el Auditòrium de Palma ‘Cinco horas con Mario’, su último reto teatral, que compagina con el rodaje de la exitosa serie ‘Amar en tiempos revueltos’. En ambas encarna a mujeres de otros tiempos, que marcaron época.
Apasionada del teatro, esta actriz madrileña conquista con su mirada y, sobre todo, con su camaleónica habilidad para transformarse en cualquier personaje y hacer que nos lo creamos desde el primer instante.
En 1996 la televisión se cruzó en su camino y se lanzó a una aventura arriesgada, meterse en la piel de Julia Ponce el serial ‘El súper, historias de todos los días’ de Telecinco; él éxito se puso de su parte y convirtió su rostro en uno de los más conocidos de la pequeña pantalla. Desde ese instante ha mantenido una relación estrecha con el medio sabiendo elegir muy bien sus papeles y logrando algo inédito, que todas las series hayan sido un rotundo éxito. Así, fue Lola Ruíz en ‘Policías en el corazón de la calle‘ para convertirse después en Adela Ramos en el fenómeno mundial ‘Un paso adelante‘. Dejó la serie por el teatro para hacer ‘Cabaret’, pero volvió a la tele con otra producción que ha dejado huella, ‘El internado‘.
Actualmente compaginas la Carmen Sotillo de ‘Cinco horas con Mario’ con otra mujer de época, Angélica de ‘Amar en tiempos revueltos’.
La verdad es que podría ser la misma mujer tomando distintos caminos porque yo a Carmen Sotillo la veo una mujer muy sensual, pero muy frustrada. Me ayuda el que sean diferentes porque me ayuda a descansar y desconectar. Si fueran parecidos yo creo que sería peor y me podría liar. Es perfecto que sean así.
Angélica es un personaje un poco distinto, escandaloso en aquella época. Me parece una mujer muy moderna, pero mucho más moderna que la mayoría de las mujeres de ahora. En aquella época una mujer así, con esa libertad con la que ella vive sería escandalosa, pero tiene una positividad y una simpatía, que al final cae en gracia y la aprecian y llegan a respetarla. Yo me lo estoy pasando muy bien. Además con Juan Gea, que es un magnífico actor con el que he compartido el plató y tenemos una relación muy especial. Es una serie estupenda que está muy bien hecha y a ver si se mantiene porque con los tiempos que corren.
¿Cómo lo haces para estar en las dos cosas?
Teniendo muy pocos días libres. Los días de bolo pido libre en la tele así que luego se me acumula mucho trabajo, pero tal y como están las cosas no me voy a quejar de trabajar hoy en día. Soy una privilegiada.
‘Amar en tiempos revueltos’ ha supuesto tu regreso a las series diarias donde te iniciaste con ‘El súper’.
Es verdad y además en la producción de ‘El Súper’ estaba también Diagonal. Me he encontrado con muchas caras de entonces y ha sido volver a aquella época. La verdad que estoy muy a gusto porque es una gente con mucha experiencia, sobre todo en series de época.
‘Amar en tiempos revueltos’ se ha caracterizado hasta ahora por cambiar su reparto en cada temporada. ¿Te gustaría tener la oportunidad de continuar encarnando a ‘Angélica’?
Yo creo que esto es clave de la parte del éxito, que no aburren al espectador. Mi compromiso termina ya y creo que está bien. Tampoco me hubiera importado seguir un poco más, pero es así. Se mantienen los personajes del bar, que son el nexo, y ahora también los portero, pero los vecinos cambian de una temporada a otra; se van, mueren…
El vestuario es uno de los aspectos visualmente más llamativos.
Sí, hay cosas preciosas y muchas son de la época. Había otro glamour; ahora vivimos más cómodos, yo no me cambio, pero la verdad es que poniéndote esas cosas piensas que nos sacamos poco partido. Me ha dicho Miguel Ángel, que es la persona que lleva vestuario y es un encanto, que siempre se llevan las actrices un regalo y estoy que no sé qué llevarme.
Es una de las ventajas de ser actriz el poder trasladarte a otras épocas
Es verdad, es una de las cosas buenas, que puedes cambiar de piel y de vestuario y probarlo todo. Además, eso de alguna forma te hace más tolerante porque te metes en la piel de otro y tienes que comprenderle aunque no tenga nada que ver contigo, como en el caso de Carmen Sotillo que yo pensaba a ver por dónde la iba a pillar a esta señora, que dice estas barbaridades… Al final intentas comprender por qué las dice y te vuelves más compasivo de alguna forma. No los juzgas, eso se lo dejas al espectador.
¿Qué tipo de proyecto televisivo te gustaría que fuese el siguiente en tu carrera?
Lo que me gustaría es que realmente haya producción televisiva porque está pendiendo de un hilo. Es verdad que está todo fatal y nos toca a nuestro gremio como a los demás, pero está en un gravísimo peligro hoy en día la ficción. Se han caído de la programación de TVE series muy importantes y durante estos años la pública ha sido la reina de la ficción y en el momento en que desaparecen series fundamentales el resto de las cadenas se relajan.
Hasta ahora has tenido el acierto de involucrarte en series que han sido emblemáticas y de gran éxito empezando por ‘El súper, historias de todos los días’
Es verdad. Nadie daba un éxito por ella al principio. Me acuerdo que en la primera rueda de prensa que nos decían “¿Qué vais a hacer, un culebrón?”, y mira… Al final fue un gran éxito. Con ‘El internado’ pasó un poco lo mismo, todo el mundo nos preguntaba si era como ‘Harry Potter’ a la española.
A ‘El internado’ siempre se le criticó que la trama se alargó en exceso. ¿Cómo se vivía esto desde dentro?
Los creadores hubieran querido que terminara antes, pero se alargó por imperativos de la cadena, que tenía un éxito en pantalla y no lo quería perder. Yo creo que no lo hicieron mal, pero por los creadores de la serie hubiese terminado antes.
Al final hubo tanto giro que el público acabó un poco anestesiado
Claro y ya no te sorprende… Pasa muchas veces que si algo va muy bien la cadena quiere seguir mientras los creadores dicen que ya no hay por donde…
¿Qué pensaste cuando viste que Elsa, tu personaje, moría?
Mira, es que lo pedí yo porque tenía que hacer un viaje, una cuestión familiar muy bonita. Les dije que tenía que acabar un poco antes y estuvo bien. Además eso, sin pretenderlo, me dio mucho protagonismo en ese capítulo porque no era el final de todos sino el de Elsa; fue muy bonito. Sé que a la gente le gustó mucho. Yo no me suelo meter en foros, pero hubo tanto comentario bonito que me contaban que al final me metí y lo vi.
Sí porque fue uno de los personajes más queridos por la audiencia.
Sí, curiosamente porque era un personaje antipático, pero se veía que esa antipatía tenía un trasfondo.
Venías de otro gran éxito, ‘Un paso adelante’, que fue una serie que te permitió demostrar en pantalla tus dotes de bailarina
¡Qué bonito! A mí me encantó hacerla; creo que de las que he hecho es mi serie favorita. Cuando surgió la posibilidad de trabajar en ella yo había dejado ya de bailar. Fui muy bonito porque fue recuperar el mundo de la danza que para mí es una cosa maravillosa y lo disfrute mucho.
Supongo que aunque te fueras para hacer algo tan grande como ‘Cabaret’ te daría pena dejarla.
Sí me dio pena, pero ante ‘Cabaret’ la pena se quedaba en un segundo plano. La verdad es que han sido unos años muy bonitos. No me puedo quejar.
¿Cuando se encadenan tantos éxitos asusta más abordar un nuevo proyecto?
Un nuevo proyecto asusta muchísimo siempre porque es un salto al vacío sin red. No sabes cuál es la forma, te la tienes que jugar. Asusta mucho, pero también es muy excitante. Está claro que aburrirte con este oficio es imposible.
fuente: Atrapa Mallorca