Rubik, una vez en casa de Víktor y Angie, exige el sello con malas maneras y apunta a Angélica con un cuchillo. El antucuario le desvela entonces que el sello está en la tienda y tienen que ir a por él. Peter ata a Angélica en el sofá para que la mujer no pueda escapar en su ausencia. La mujer intenta librarse sin éxito hasta cuando ve a su marido volver a casa sólo. Ha matado a Rubik; primero le ha dado el sello falso, luego le ha echado ácido en la cara y le ha golpeado con un jarrón y un candelabro. Peter quería matar a la pareja después de obtener el sello, para luego escaparse con él y no dejar ningún testigo si los espías húngaros iban a buscarle a España, por eso lo único que Víktor podía hacer, era quitarle la vida. Ahora Angie le tiene que ayudar a deshacerse del cadaver.
Cuando Angélica lo ve, piensa que se tienen que entregar e inventarse que Rubik era un ladrón que había intentado violarla, pero Víktor no quiere que vayan a la cárcel y sigue con su idea de deshacerse del cuerpo. Por fin se les ocurre una idea: lo meterán en el baul que tienen en la tienda. El segundo paso es pensar qué hacer con él. A Víktor se le courre enviarlo a un destino falso con remite falso a la otra punta del país y cuando alguien encuentre el cadaver en él, ellos ya estarán en Estados Unidos. Mientras organizan su crimen perfecto, alguien toca a la puerta de la tienda.
El inspector Vallejo, preocupado por ver las luces de la tienda encendidas a esas horas, se acerca para ver si está todo bien. Parece que sigue interesado en el baul donde Angie y Víktor acaban de esconder a Rubik. El inspector se sienta en él y en ese momento la pareja nota que un trocito del abrigo de éste se ha quedado enredado. Por suerte el policía no se da cuenta y por fin se va.
Una vez en casa, Angélica siente mucho la tensión y se pone a llorar. Cree que no podrá vivir con ese peso en la consciencia y enseguida su marido le recuerda que fue Rubik quien le dejó en silla de ruedas y lo de matarle era lo único que podía hacer, ya que lo hombre les iba a matar a ellos. A este punto Angie se pregunta por qué no presentió su muerte cuando la tocó y Víktor contesta que Peter Rubik llevaba mucho tiempo muerto.
A la mañana siguiente la pareja sigue pensando en cómo deshacerse del cuerpo. Pondrán un doble fondo en el baul: abajo colocarán el cuerpo y arriba objectos olvidados que tienen en la tienda. Luego lo enviarán todo a un destino falso en Canfranc. La identidad del remite será falsa también y Angélica tendrá que cambiar su aspecto cuando vaya a firmar los documentos para el envío.
Más tarde se encuentran en la tienda con dos empleados que se ocuparán de recoger el baul, Angie finge ser una clienta. Mientras los chicos se lo llevan fuera, Víktor descubre otra mancha de sangre en la alfombra. En ese mismo instante llegan Julio y Marcelino y Víktor intenta disimular.
Cuando ya está todo arreglado, Angie vuelve a la tienda y unos minutos más tarde entra el insepctor Vallejo que casi los descubre cuando ve el cubo que ha utilizado Víktor para fregar el suelo. Por suerte los dos consiguen disimular muy bien y el hombre no se da cuenta de nada, como siempre no nota nada más que la belleza de Angélica.
Al día después Angélica está muy inquieta, no se puede hacer a la idea de que ella y su marido hayan matado a un hombre pero Víktor la tranquiliza diciéndole que ha sido él quien mató a Rubik y que no tenía otra opción. Al final la convece para bajar a la calle y tomar el aire. Más tarde en la tienda Angie sigue muy nerviosa que casi rompe un objeto. Es entonces que Víktor le sugiere salir esa misma noche para no pensar, pero ella parece que no tiene muchas ganas de ir por ahí con sus amigos. Finalmente decide salir y en el Café del Teatro se encuentra a Héctor. Éste le dice que tiene que ir un momento a hablar con Rubín y que ella le puede esperar abajo. Así hace, hasta que se cansa de esperar y sube también, destronzando sin saberlo el plan que tenía pensado Rubín para el detective Perea: hacerle ir a la fiesta de la Academia de la Prensa con Asunción.
Al final Angélica acompaña a Héctor a su despacho y cuando está a punto de irse, el hombre le pide que no le deje sólo. Así los dos deciden disfrutar de la mutua compañía para olvidarse de sus problemas. Después de haberse acostado, Héctor le pregunta a Angélica por su marido, le parece raro que un hombre sepa que su mujer pase la noche con otros. Ella le abre su corazón y le cuenta su historia, le habla del amor que siente para Víktor y del pacto que tiene con su marido.
De vuelta a casa encuentra a Víktor en el salón viendo unas películas, las que le vendió un amigo de Julio. El hombre la invita a ver una juntos y Angie se queda en estado de shock viendo esas imágenes.