Víktor sigue enfadado con su mujer y se queda sorprendido cuando se entera de que Jesús le ha regalado el cuadro a la directora de la revista ‘Sucesos’. Con la excusa de que le gustaría ver el cuadro terminado, consigue que Rocío invite a él, Angélica y Rubín a cenar. Su mujer no está muy contenta de la cosa.
Unos días después, mientrs están comiendo, Víktor le comunica a su mujer que esa misma noche están invitados por la directora de ‘Sucesos’. A Angélica no le agrada mucho la cosa, ya que hubiera preferido que su marido se lo hubiera comentado antes, ya que tenía otros planes, y hace de todo para que se haga otro día, pero al final cede. La mujer está ansiosa por la cena y no sabe cómo arreglarse para quedar mejor que su rival.
Una vez llegados a casa de Rocío, empieza entre ella y Angélica una «guerra» de palabras en la que evidentemente gana la primera. La noche no acaba cómo todos se esperaban, menos Víktor que finge estar borracho para derramar una copa encima del cuadro de Angélica. Ella se ofrece restaurarlo y así lo tendrán otra vez en casa y el anticuario podrá recuperar su sello.
En cuanto llegan a casa, Angélica se da cuenta de que su marido no estaba realmente borracho y que lo de la copa no pasó por casualidad. Víktor le explica que lo hizo simplemente para que ella volviera a tener el cuadro entre sus manos y pudiera arreglarlo para que quede aún mejor, ya que antes le faltaba algo. Angélica cae en la trampa y cree a las palabras del anticuario.
Al día después ella se encarga de ir a casa de Rocío con un operario para llevarse el cuadro, cuando la directora de la revista ‘Sucesos’ la ataca, esta vez, sobre su vida sentimental.